martes, 22 de marzo de 2011

La carta maldita..

De Gabriel Antelo, aquí uno de los cuentos que más me ha gustado:
Espero que lo disfruten tanto como yo! (:

Nunca había tenido miedo de estar solo en mi casa, nunca hasta esa madrugada de abril, pero oh amigos míos, ¿Para qué contarles lo ocurrido?, si solo traerá desgracia e incertidumbre hacia sus inocentes almas.

Sin embargo, no puedo dejar de pensarlo, y siento que es mi deber contarles, señores, que jamás en la vida podré dormir solo, por lo sucedido en los siguientes hechos.

Era una tarde de abril cualquiera, un día moderadamente común, con un poco de nubes, lloviznas tal vez al medio día, no recuerdo bien, pero no tiene importancia. 

Acompañado por un par de amigos -amigos hasta el anochecer, cuando jamás los volví a ver-, deambulando por las calles de ese pueblo tan lejano, pudimos ver un callejón oscuro, mohoso, y sombrío que, tal vez, había estado allí toda la vida, pero, para mal de todos, ese día lo percibimos…

Como buenos traviesos que éramos decidimos investigar, ya que nada teníamos para hacer. Sin embargo, de alguna manera sabíamos que había algo tenebroso ahí dentro.

Haciendo caso omiso a nuestra intuición, seguimos adelante varios metros, posiblemente impresionados de que un callejón sea tan largo, y a la vez, más oscuro.

De repente, así sin más, una carta cayó sobre nuestros pies, hecha de un papel muy suave, de color esmeralda oscuro, con inscripciones en una letra gótica aclamando: “¿Curiosidad? Ábrela”.
El callejón se había hecho cada vez más y más oscuro, en parte por la caída de la noche -quién sabe cuánto tiempo estuvimos ahí- y en parte por alguna fuerza lúgubre.

Mi ser aclamaba a gritos dentro de mí: “Corre, corre, vete de aquí inmediatamente, no deberías estar aquí”, pero una parte muy influyente me obligaba a permanecer, por el simple hecho de saber el contenido de esa carta.

Acto siguiente veo a mi compañero abriendo el sobre. Un feroz viento de tormenta se desató sobre nosotros, un ruido a pisadas furiosas, combinadas con truenos y objetos metálicos se escuchaba a nuestro alrededor más y más fuerte, y sin darnos cuenta por esta extraña, y a su vez, tenebrosa escena, vimos a nuestro amigo en el suelo, agitándose rápidamente como si de un ataque epiléptico se tratara, y brotando de su boca un líquido espeso de color amarillo, y con dos huecos casi perfectos donde deberían estar los ojos derramando sangre como si de un grifo se tratara.

El viento soplaba más y más fuerte, las pisadas parecían galopes, los truenos eran aturdidores, la oscuridad era casi absoluta.

En un haz de luz emitido por un rayo del cielo pude ver a mi otro amigo sufriendo la misma condición del primero, pero extrañamente, una figura extraña con un rostro indistinguible yacía tras él.

Sentí el rozar de la carta con mis manos, pude sujetarla, pero la oscuridad era tal que no podía ver su contenido… Hasta que un nuevo rayo iluminó el tiempo suficiente para leer lo que decía: “Despierta”.

De un salto me desperté, oh amigos, qué alivio sentí al momento de comprender que había sido una terrible pesadilla.

Sin sueño y atemorizado, me levanté y caminé hasta el baño, para tomar un poco de agua y despejarme y pensar sobre ese reciente sueño.
Un extraño ruido sentí antes de salir del baño, pero no le di importancia alguna, y volví a la cama.

Una vez pasado este mal rato, trate de conciliar nuevamente el sueño.
Casi dormido, con los ojos cerrados, un silencio perturbador, comienzo a sentir aires de tormenta, pasos, y luego, silencio otra vez.
Solo mi imaginación, pienso mintiéndome a mí mismo, pero esto sucede cada noche, cada vez que voy a dormir solo.

Viento, pasos, truenos, chirridos… Y una voz susurrándome: “Despierta”.

Gabriel Antelo - 28/11/2010 



FREAK!

1 comentario:

  1. Oh, pero que cuento mas novedoso y grandioso. Hay que condecorarlo con el premio nobel de la literatura a este, por alguna extraña razon, desconocido autor.

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