domingo, 12 de agosto de 2018

i've come of whom i used to be not

Años han pasado desde la última vez que volqué mis dudas y mis sentimientos en este blog.

Hoy, mirando hacia atrás, veo que he cambiado, que entendí tantas cosas de las cuales pensé que no encontraría respuesta. Que crecí y maduré. Que ya no le presto atención a las mismas cosas que antes o simplemente me rendí o me dejó de importar.

Tantas preguntas que se responden con un cerrar de ojos en un sentimiento unisono de comprensión.

Porque claro, ya no tengo 16, 17 o 18 años.  Hoy tengo 24 y estoy en la lucha y en el aprendizaje de lo que quiero ser, y a donde quiero llegar.  

Ya no se me llena la existencia en un sinfín de preguntas sobre tal o cual pibe que me hablaba o  estaba conociendo. 

Ahora la existencia se volvió diferente, lo que necesito es más profundo y tiene que ver con conectar con otra persona, en todos los niveles de relaciones que los humanos podemos tener; Siempre siendo más importantes aquellas relaciones que tengan que ver con el corazón, como la primordial, siguiendo por amistades y familia.

Y es que si no tenemos una conexión mental con otras personas, si no hay una existencia donde podamos compartir, crecer, alentar, admirar, ayudarnos, y amarnos, ¿Para qué seguir en esa relación? 

Hoy soy una mujer independiente, vivo por mi cuenta, tengo mi propio departamento el cuál día a día voy transformando en mi hogar. Vivo en la tercer ciudad mas grande de mi país. Hoy, les escribo a las 4  de la tarde con el sol molestando mis ojos con su claridad letal, como ocurría en antaño cuando venía a descargar mis emociones.

Hoy, encontré la paz al meditar, la felicidad en un detalle, el poder respirar en mi tiempo libre y las ganas de utilizar todo mi coraje en actos de aventuras, como viajar por el mundo, o romper el hielo besándolo yo primero, para que el vivir sea intencional y memorable. 

Aquí estoy de nuevo, podríamos decir que volví, pero siento que en verdad nunca me fui, ya que este espacio sale de mi vida y mi ser como una hoja o una flor de la rama de un árbol.  Es parte de mí, soy yo. O mejor dicho, es parte de lo que yace en mi interior, en forma de letras y palabras que puede expresarse y así entender. Para no perder la esencia nunca y para transformarse.

Hoy estoy trabajando actualmente, con muchos proyectos que no tienen nada que ver con mi empleo actual, pero que van a formar parte de un nuevo empleo en un futuro.

Hoy, soy delicada, soy femenina y feminista. Hoy soy maquilladora, soy cinéfila, soy menos lectora pero tengo más agallas para ciertas cosas. Hoy tengo otros miedos, pero no me cierro en ello y los voy enfrentando día a día.

Ojalá ustedes hayan cambiado, hayan florecido como siento que lo hice yo o incluso más. Ojalá se hayan enamorado y vivido. Ojalá hayan viajado o visto nuevas series, hayan leído nuevos libros, o hayan conocido gente para no abandonar.

En el camino encontré gente que aún sigue a mi lado, gente que no voy a abandonar nunca y mucha gente que fue efímera, mas no por eso su paso fue menos importante.

Sigo acá, creciendo, leyendo, mirando, soñando, curioseando, respirando, ansiando, comiéndome la piel de la boca, investigando, viviendo, sintiendo, animándome, dejando, siguiendo, trabajando, meditando, viajando. Siendo. 

Tratando de no quitar la vista de lo que es verdaderamente importante y, en los momentos que puedo y mi cabeza me lo permite (si, como un ente más), motivándome a seguir soñando e ilusionándome con nuevos desafíos.

Me faltaba encontrar mis sueños, estaba viviendo sin tener un tumbo y eso me estancó.

Hoy, puedo decir que he cambiando,  que entendí tantas cosas de las cuales pensé que no encontraría respuesta. Que crecí y maduré. Que ya no le presto atención a las mismas cosas que antes o simplemente me rendí o me dejó de importar.